La Patata de Sanlúcar
Si hablamos de agricultura en Sanlúcar tenemos que trasladarnos río arriba. En su margen derecho, junto a las salinas, se extiende una industria primaria que en los últimos años no ha dejado de crecer. La Colonia de Monte Algaida y los Llanos de Bonanza se conforman de pequeñas explotaciones familiares que se han heredado de generación en generación, cultivando unas tierras que son preciadas y agradecidas por su capacidad para producir. Estos agricultores son los socios que integran las cooperativas de la zona, que se encargan de su recepción, tratamiento y exportación. Y es que los productos hortícolas de Sanlúcar han conquistado los mercados.
De calidad, siempre frescas y de primera categoría. Las patatas de Sanlúcar han conocido un prestigio nacional tanto en la cocina de los hogares como en la de la alta restauración, donde aprecian su sabor, marcado por la salinidad que aporta a este tubérculo las ‘Arenas Finas’ donde se cultivan.
La patata de Sanlúcar tiene una bien ganada fama. En la Colonia de Monte Algaida se destinan mil hectáreas a este cultivo, aproximadamente el 25% de la superficie de La Algaida. Se trata de un terreno arenoso y salino, por su proximidad al mar, que aporta al tubérculo un crecimiento rápido y una textura y sabor especiales.
En las dos campañas que se realizan anualmente, en primavera y en otoño, producen más de 20 millones de kilos que se venden principalmente en el mercado nacional: Castilla La Mancha, Castilla León, Madrid y Andalucía.
El interés creciente por el producto llevó al Ayuntamiento a tener que defender la marca “Patatas de Sanlúcar” ante la Oficina de Patentes, tras un intento de una empresa de León de comercializar sus productos bajo la marca sanluqueña.
Ahora, incluso, las patatas de Sanlúcar se venden on-line y en 24 horas pueden llegar a hogares de toda España a través de Amazon. Una nueva oportunidad de negocio que está cosechando un gran éxito y que se mantiene, en paralelo, con la tradicional subasta del producto en los mercados de la zona cuando amanece el día.
La Marca "Arenas Finas"
La marca de calidad ‘Arenas finas’ se creó en 2011 para divulgar el prestigio de los productos hortícolas de la zona, cuyas peculiares características los hacen únicos, ya que se cultivan en suelo predominantemente formado por arena fina.
Una marca que derivó en la puesta en marcha de una feria anual de productos agrícolas de la Colonia de Monte Algaida contando con el respaldo logístico de la Asociación de Mujeres Ager Veneriensis de Bonanza. Desde sandías y melones a zanahorias, calabacines o patatas se ofrecen en esta muestra y que tiene como fin último enseñar a Sanlúcar y a los visitantes la calidad de los productos de la marca Arenas Finas. Además, la muestra pretende poner en valor la importancia del sector agrario para la economía local y en particular de la colonia Monte Algaida tanto por el volumen de producción como por el empleo que genera a lo largo del año.
Las cooperativas agrarias
Las organizaciones agrícolas de la zona facturan alrededor de 80 millones de euros al año, generan más de cinco mil empleos y exportan a diversos países europeos un 60 por ciento de la producción, lo que las mantiene como una de las principales potencias de la agricultura de la provincia de Cádiz.
De los cultivos, estos productos pasan a las cooperativas agrícolas ubicadas en La Algaida donde se lleva a cabo la manipulación, primera transformación y comercialización de los apreciados productos de la zona, destacando la patata y el boniato pero sin olvidar otros como las zanahorias o el tomate de pera. También se cultivan en la zona calabacines blancos -tapines- sandías, melones Galia, pimientos ‘cuerno cabra’ o de asar, puerros… una gran variedad de productos de la tierra que se han convertido, por derecho propio, en protagonistas de la gastronomía sanluqueña.
El Navazo, el huerto sanluqueño
El navazo es un huerto que se forma ahondando en el arenal de una marisma. Se trata de una forma de cultivo tradicional que consistía en regar el huerto con agua salada, lo que le da un sabor especial a las verduras. Normalmente se localizan cerca de la playa y es una forma de cultivo tradicional que practicaba en la costa occidental gaditana pero sobre todo en Sanlúcar de Barrameda y que con el tiempo casi ha desaparecido.
Se tiene referencias de este método de cultivo desde el siglo XVI y conforma varios elementos: el hoyo, barro bardo, cerro gavia y el tollo. El tollo es la parte fundamental del navazo, es la parte cavada a mano en la que al estar cerca del mar, se ve beneficiado por el nivel freático que va variando con las mareas. Es ese agua salada lo que le da un sabor distinto a las verduras porque ésta genera más azúcar en los productos.
Los más afamados son los ubicados en Sanlúcar de Barrameda donde aún permanecen intactos algunos de aquellos tradicionales sistemas de cultivos y donde, también, el navazo ha servido para sembrar en la zona especies que se habían perdido o que se cultivan en otras zonas del mundo. Es el caso, este último, del Cultivo Desterrado del sanluqueño Rafael Monge, un ingeniero que, tras trabajar en una multinacional, regresó a su tierra natal para recuperar las tierras de cultivo de su padre y que ahora surge a restaurantes estrella Michelín como el del chef del Mar, Ángel León, en A Poniente (El Puerto de Santa María).